Hace unas semanas vino a verme una nueva paciente que lleva varios meses con ataques de ansiedad por no lograr encontrar el equilibrio emocional. Ha probado diversos métodos antes de llegar a mi consulta, pero no ha conseguido mejora.
Me cuenta que cuando comienzan esos ataques siente como si se hundiera, más y más, faltando el aire. Entonces aparece la presión en el pecho, un dolor intenso y agudo que la bloquea físicamente.
Le aconsejaron hacer respiraciones, meditación o mindfulness pero ella afirma que esto no le ayuda.
Aunque sigue una pauta farmacológica estos ataques son súbitos, aparentemente, y no siempre es factible tener a mano los medicamentos.
En el siguiente artículo quiero compartir algunas de las pautas para prevenir y encontrar el equilibrio emocional en momento difíciles.
Dentro del control
En primer lugar para encontrar el equilibrio emocional es necesario encontrar el sentido de control. Frente a cualquier situación podemos sentir que el centro de control es interno o externo. Este locus de control si es interno se relaciona con factores personales como la toma de decisiones, la capacidad de resolver el conflicto, la responsabilidad de las acciones, independencia y expectativa de resultado.
Las personas que tienen buen autoconcepto creen que el éxito o no de sus logros es debido a causas internas por lo que tienen mayor sentido de control sobre el entorno.
Sin embargo, si se sitúa el centro de control en factores externos la sensación es de falta de control, de estar a disposición de las circunstancias, la suerte o de los otros. Estas personas suelen pensar que la causa de sus éxitos son fortuitos y depende del destino o de golpes de suerte, mientras que la causa de sus decepciones son ellos mismo que no son suficientemente competentes.
Esto se debe a las creencias sobre uno mismo, que nos motivan a actuar acorde a ellas. Si dentro del conjunto de creencia individuales existen distorsiones sobre uno mismo, éstas desencadenan pensamientos negativos, catastrofistas y funestos sobre las consecuencias de la situación.
Estos pensamientos cuando llegan a volverse rumiante o en bucle son los causantes de la ansiedad. Aquí es cuando nos hundimos, como describe mi paciente, en un mar de miedo al futuro.
La forma de prevenir estos ataques de ansiedad es conocer las creencias distorsionadas sobre nuestra eficacia para ser más autónomos. En psicoterapia se utilizan múltiples métodos desde registros hasta ejercicios reflexivos.
Un ejercicio simple es pensar dos cosas negativas sobre la situación, y dos cosas positivas. La media de ambas, seguramente será más ajustada a la realidad.
Ni futuro, ni pasado
Las experiencias previas pueden contribuir al equilibrio emocional por la expectativa de resultado. Si anteriormente he tenido una experiencia emocional negativa impactante mi amígdala dio la señal al hipocampo para que no lo olvidará. De esta manera, nuestra mente prevé el resultado. Por supuesto, que si ésta fue muy intensa la recordaremos con mayor intensidad, provocando que sintamos más miedo, tan solo con pensarlo.
Estar en el momento presente, no viajar ni a un futuro catastrófista ni permanecer en un pasado que recordamos parcialmente.
El secreto está en la mente
En el cerebro existe un circuito específico para la conciencia interna. Sin embargo, cuando las emociones son de alta intensidad resulta difícil acceder a este circuito, ya que otras partes del cerebro están en alerta máxima. Entonces tus palabras y decisiones son el reflejo directo del estrés que está sintiendo.
¿Recuerdas la película de Amelie?. Hay una escena donde se ve a ella viendo por la tele un documental sobre su futuro, donde muere joven y sola. Esto sucede, vemos una película donde somos protagonistas de un final terrible.
Detener esa avalancha de pensamientos negativos puede resultar extremadamente difícil. La respiración es algo que siempre tienes a mano, y puedes controlar. Respirar cada vez más despacio ayudará a calmar. Sin embargo, se debe practicar con regularidad y mejor guiada, ya que por contra podemos reforzar los pensamientos autocríticos.
Prevenir es mejor que curar
Meditar con regularidad, pasear en contacto con la naturaleza, realizar actividades gratificantes como hobbies, tener contacto social, buena alimentación y descanso son la mejor forma para encontrar el equilibrio emocional, especialmente en momentos difíciles.
Los momentos difíciles son inevitables en la vida, forman parte de ésta. Aceptar que lo son, es el primer paso para reconocer cómo nos sentimos y saber actuar en consecuencia. Y si es necesario, un asesoramiento personalizado por un profesional de la salud emocional que te ayude a tener estrategias apropiadas.Entender que aunque un hecho puede ser puntual, la adaptación al cambio es un proceso que requiere su propio tiempo. El autoconocimiento es la clave de la inteligencia emocional, la gran ventaja es que se puede aprender y crecer tras un momento difícil.
Te invito a que pongas en práctica estos consejos, y si necesitas más información o ayuda ponte en contacto conmigo, a través de mi mail hola@merchemoriana.com.
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Gracias Por Leerme.
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