La falta de gratitud es contagiosa, así lo demuestran las últimas investigaciones científicas según narra en un artículo publicado por el experto científico líder mundial en gratitud en la Universidad de California Robert A. Emmons, Ph.D.
Sin embargo es un elemento imprescindible para la felicidad. Nuestra cultura durante millones de años ha alabado la gratitud como la virtud que conduce a la acción de devolver un favor, pero el materialismo actual fomenta la ingratitud.
Actualmente nuestra sociedad nos insta a buscar la felicidad, pero a través de acumular cosas. En un mundo tan materialista el uso desechable de los objetos e incluso las relaciones nos perjudica, ya que la gratitud ha quedado al margen de las emociones sociales.
Agradecer a las personas hechos del pasado nos ayuda a crear lazo significativas, ya que demostramos que la otra persona es importante para nosotros. Se estable una relación especial, sin egoísmo que nos da satisfacción. La gratitud genera un sentido de propósito y un deseo de hacer más.
La ingratitud es la reina de los vicios
Investigaciones recientes han descubierto que las personas ingratas tienden a tener un sentido excesivo de importancia personal, arrogancia, vanidad y una necesidad insaciable de admiración y aprobación.
Es normal que durante la infancia de la fase egocéntrica, pero a medida que alcanzamos a adultez este sesgo va desapareciendo, debido a la madurez propia de cada etapa de la vida. Nos volcamos hacia las amistades, compañeros de estudios y de trabajo, la pareja, los hijos, la familia y la responsabilidad social, lo que nos hace ser más pro-sociales. Sin embargo, cuando la actitud egocéntrica perdura es lo que se conoce como narcisismo.
Este sesgo narcisista en adultos vendrá marcado por la arrogancia, la falta de atención por los otros, la irresponsabilidad y el abuso en las relaciones. Aunque los psiquiatras estimas que tan solo el uno por ciento de la población general es clínicamente diagnosticada como trastorno narcisista, las características narcisista se encuentra en todos nosotros en diferentes grados.
“Los narcisistas rechazan los lazos que unen a las personas en relaciones de reciprocidad. Esperan favores especiales y no sienten la necesidad de devolver o pagar. El narcisismo es una ceguera espiritual; es una negativa a reconocer que uno ha recibido los beneficios otorgados libremente por otros.”*
La gratitud es contracultural
La gratitud es el reconocimiento de lo bueno en la vida es un regalo y gracias a la humildad lo reconocemos como un gesto que se hace libremente y que a la vez nos libera.
Como conclusión, se puede afirmar que la falta de gratitud contribuye a la falta de Felicidad, ya que da una sensación de carencia permanente e insatisfacción potenciada por una sociedad excesivamente materialista. Volcarse a llenar el vacío existencial con una actitud egocéntrica y egoísta consigue el efecto contrario. Drena las relaciones y la posibilidad de tener una vida más satisfactoria. Nos aísla y nos impide tener relaciones funcionales basadas en el respeto mutuo.
¿Has escrito hoy en tu diario de qué o por quién sientes agradecimiento? ¿has comenzado a despertar para vivir la verdadera FELICIDAD?
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*Texto basado en el artículo publicado por Robert A. Emmons, Ph.D., experto científico líder mundial en gratitud en la Universidad de California.